Cómo ya sabréis Papa Noel viene cada año a dejar regalos a los niños, pero un día no fue tan fácil que Papá Noel los pudiera repartir y ahora os cuento lo que pasó...
Era el día de nochebuena y por la noche venía Papá Noel, fue a coger un gran abeto para poder colocarlo y decorarlo como un árbol de navidad y le puso muchas cosas: bolas, unos renos que brillaban, la estrella y luces por dentro del árbol. Cuando terminó de decorarlo fue a enchufarlo por que el árbol era gigante y necesitaba que brillara para que no se quedara soso, lo enchufó pero había un problema el árbol, ni las lucecillas, ni la estrella brillaban y Papá Noel fue a investigar con su trineo porque no se iluminaba.
Y cuando fue a coger el trineo...¡¡¡Estaba roto!!!, los renos desaparecieron y Papá Noel ya no sabía que hacer, por que sin luces no hay árbol,sin trineo no hay regalos y sin regalos no hay Navidad. Entonces busco la ayuda de los duendes.
Los duendes le dijeron que los renos estaban en la fábrica con ellos, pero el trineo estaba roto, lo bueno era que estaba con ellos. Cuando llegó Papá Noel a la fábrica, los duendes pusieron los renos en el trineo pero los renos tenían una chapa y por suerte y casualidad Papá Noel llevaba la estrella del gran árbol y se iluminaban la estrella y las chapas de los renos. De repente se arregló el trineo, pudieron encender el árbol y quedó fascinante después de una gran noche mágica.
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