LOS EXPLORADORES DEL SABER

Érase una vez una niña de 14 años llamada Oana . La niña vivía con una familia  y era feliz y generosa a pesar de su pobreza. A Oana le gustaba la Navidad porque pensaba que era tiempo de dar y de recibir .

Era Navidad y Oana se divertía jugando con su perro de nieve llamado Copo. Él era blanco como la nieve y obediente como un monaguillo en su primer día. Era una tarde fría, cuando Copo  jugaba con Oana y vio a un animalillo, se dispuso atraparlo...Oana corrió y corrió detrás de Copo hasta no poder más.
Cuando ella se lo dijo a su madre, Anne, esta fue ha buscar al perro porque sabía que Oana no iba  a ser feliz sin su fiel compañero Copo.
      

Oana vio que se avecinaba una tormenta y se dispuso a salir para ayudar a su madre. Ésto le traía malos recuerdos. Su padre murió por una tormenta parecida hacía ya cuatro años y no quería que a su madre le pasase lo mismo. Entonces, se acordó de las palabras que le dijo su madre antes de irse :
- "Pase lo que pase no salgas de casa ". Ella obediente, no salió.
Al día siguiente, Oana se asomó a la ventana y vio a su perro con una carta en la boca . Oana cogió la carta y la abrazó pues sabía que era de su madre .
                                                                  

Después la leyó y se echó ha llorar pues ponía:
Fueron pasando los días y los años...Fue entonces, y también en  Navidad, cuando al pueblo de  Oana llegó un chico muy guapo al que le habían dado trabajo allí .A Oana le pareció un chico muy simpático y agradable y se empezaron a hacerse amigos . Al cabo de un tiempo los dos decidieron seguir juntos como pareja.