UN SUSTO EN MITAD DE NAVIDAD
Un día una niña llamada Ana puso dos manzanas, una debajo de la cama de su
hermano y la otra debajo de la suya. Era para ver si Papá Noel, sin la ayuda de
nadie, podía ir a todas las casas del mundo y para ver los renos al entrar en
su casa. A Ana no le gustaba que entraran los animales en casa, pero todos los
años depositaba una o dos manzanas por
distintos sitios de su casa para los renos. Cuando ya era de noche, su padre le
dijo que debería acostarse para a la mañana siguiente, disfrutar con los
regalos. El padre pensó “Si entran los renos se podría Ana enfadar mucho con
toda la familia”.
Ana intentó quedarse
despierta en la cama para ver lo que sucedía en la noche del 24, pero por mucho
que lo intentó no lo consiguió. Por la mañana, cuando se despertó vio las dos
manzanas comidas, regalos y una nota en la que ponía:
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