Un día, una familia muy, pero que muy mala estaba cenando en Nochebuena.
El padre, el tío y la madre habían salido recientemente de la cárcel.
LA CÁRCEL
La tía había robado mucho y los niños le seguían el rollo.
Trataban mal a los objetos que tenían (el árbol de Navidad, las sillas, las mesas...).
Eran ricos y por lo menos tenían un mayordomo que lo limpiaba todo.
De repente, había un temblor y los objetos, empezaron, ¡a hablar! Decían: ¡no os queremos, no os necesitamos...! Y se fueron de la casa. Hasta el mayordomo.
Durmieron en el suelo y pasaron días allí.
Se arrepintieron de lo que hicieron (de verdad), y los objetos volvierona su casa y todo se arregló.
Vivieron felices y comieron perdices.
15 de diciembre de 2015, 7:26
Que divertida¡¡¡